ALGORITMOS

La declaración de Helsinki, sobre la seguridad del paciente en Anestesiología, establece el control de la vía aérea como una de las áreas básicas para incrementar la seguridad y la calidad de la asistencia a los pacientes, ya que una gran parte de los efectos adversos puede prevenirse. Así mismo, respalda el seguimiento de un checklist tal y como está establecido por la Organización Mundial de la Salud” (OMS) y en el que, entre otros, consta la necesidad de prever la aparición y el manejo de una vía aérea difícil (VAD). Un trabajo reciente, realizado sobre el seguimiento de un checklist en una población quirúrgica, en el que se incluía el manejo de la VAD como parte del mismo, ha permitidodemostrar que su seguimiento y realización reduce la morbimortalidad quirúrgica.

En un trabajo ya clásico, Caplan et al.demostraron que en Estados Unidos el 37% de efectos adversos asociados directamente al acto anestésico eran atribuibles a eventos ventilatorios. Un estudio reciente realizado en el Reino Unido, demuestra que aunque la incidencia actual de incidentes relevantes es baja, éstos todavía son debidos a un manejo deficiente de las situaciones críticas de la vía aérea, susceptibles de mejora.

Consecuentemente, aunque no hay todavía evidencia suficiente sobre los beneficios de determinadas estrategias o algoritmos de predicción y manejo de la vía aérea difícil(VAD), sí hay consenso en que la formación continuada y el establecimiento de protocolos y guías de actuación debe favorecer y mejorar la práctica clínica.

Las dificultades éticas y legales para realizar estudios reglados en relación al manejo de la VAD imprevista, como en cualquier situación de emergencia,  impide tener guías o protocolos basados estrictamente en la evidencia. Así, las recomendaciones establecidas en los diferentes protocolos, se basan en experiencias personales y opiniones de comités de expertos (grado de evidencia IV, recomendaciones tipo D). A pesar de ello, se considera de vital importancia el conocer y disponer de un algoritmo, a ser posible unificado como mínimo para el propio centro, a fin de proporcionar un manejo uniforme de las situaciones críticas y que éste sea conocido no sólo por los anestesiólogos, sino también por todo el personal sanitario implicado (enfermería y personal de las aéreas quirúrgicas, unidades de reanimación y de pacientes críticos y urgencias).

Una guía o algoritmo establece diferentes esquemas de actuación organizados como planes secuenciales de actuación, representativos de diferentes situaciones clínicas que requieren abordajes específicos.

La primera  guía sobre manejo de la VAD fue elaborada en 1993 por The American Society of Anaesthesiologist (ASA), posteriormente revisada en 2003, y aunque ésta ha sido la de más amplia difusión, han sido numerosas las Sociedades Científicas que también las han realizado. Recientemente la Societat Catalana d’Anestesiologia, Reanimación y Terapèutica del Dolor (SCARTD) también ha elaborada una.

Evidentemente, ello es reflejo de que no se dispone actualmente del documento ideal. Esta proliferación de guías es fruto de la necesidad de adaptación de las estrategias según los recursos humanos y materiales de cada centro, y sobre todo a la experiencia personal de los anestesiólogos. Sin embargo, aunque la mayoría difiere tanto en el diseño como en las situaciones clínicas que plantean, revisados en profundidad, pueden encontrarse unos principios básicos de actuación comunes:

  1. La importancia de la valoración y predicción de VAD en la visita preanestésica, para poder actuar en consecuencia.
  2. El objetivo prioritario de mantener la oxigenación en todo momento.
  3. Solicitar ayuda de forma inmediata en presencia de una VAD imprevista que no se soluciona de manera rápida y eficaz.
  4. Proporcionar pautas de actuación de manera secuencial, en función del estado clínico del paciente, es decir, si se puede o no ventilar con mascarilla facial, o si se requiere una vía aérea urgente o emergente.

Así mismo, la mayoría de Sociedades han diseñado, de manera complementaria e imprescindible, programas educativos específicos y estructurados, en los que el aprendizaje de planes alternativos y técnicas de rescate sea obligatorio, tanto para los futuros profesionales como para la formación médica continuada de los anestesiólogos.

Todo ello ha dado un gran impulso para concienciar a todos los anestesiólogos en mejorar su formación en el manejo de la vía aérea.

Algoritmo de VAD de la ASA